1 Kg de patatas harinosas (no se pueden hacer con patatas nuevas)

300 gr. de harina

1 huevo

sal

Pon a cocer las patatas con agua con sal.
No puedo darte tiempo porque depende de la calidad de la patata y de su tamaño, pero asegúrate pinchando con una aguja o con un cuchillo que están bien cocidas y puedes llegar al centro de la más grande sin ninguna resistencia.
En cuanto estén cocidas y con la ayuda de un tenedor para no quemarte, pela las patatas y rállalas.
Yo he utilizado el rallador del robot de cocina.

Pon la harina en una rosca encima de la mesa y añade en el centro la patata rallado y una buena cucharita de sal.

Mezcla bien, extiende y pon el huevo en el centro.

Mezcla bien hasta formar una bola.
Te quedará pegajosa, no le añadas más harina porque si no sabrá más a harina que a patata y perderá calidad.

Haz unos rollo del grosor de una moneda de un poco grande. Puedes espolvorear la mesa con un poco de harina para que sea más fácil.

Corta trozos como de 1/2 dedo gordo.

Con un tenedor hazles una hendidura para que luego recojan bien la salsa. (También hay unas tablillas especiales para hacerlos).

Les puedes poner la salsa que te guste.  Yo he hecho una salsa de tomate, la he aromatizado con albahaca y un poco de orégano y le he añadido una nuez de mantequilla.  Mantén al calor mientras cueces los gnocchi.

Ponlos en agua hirviendo con sal de uno en uno para que no se peguen.

Están listos en pocos minutos, en cuanto suben a la superficie saca con una espumadera.

Ponlos directamente en la salsa.  Deja que hiervan juntos un par de minutos.

Y sirve espolvoreado de queso rallado.